jueves, 26 de enero de 2012

Cada noche, cada mañana





Cada noche, duermo, doy vueltas, me revuelvo me revelo, algunas noches me frustro y me desvelo, pierdo el sueño por no tener un claro dueño que respire en mi cuello y deje su mano en mi pecho.


Cada mañana, despierto, no sé muy bien lo que siento, pero sigo cinco minutos más durmiendo, cierro los ojos y no me planteo si veo o si estoy ciego para ello.




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